La muerte, más allá de sus connotaciones espirituales y biológicas, es también un proceso regenerador de imágenes públicas que en muchos casos sublima y redime del recuerdo de la gente muerta; dándoles a algunos una aureola tan brillante que termina por opacar absolutamente todas las facetas oscuras de su vida.
En el caso de notorios de personajes famosos esta redención (y en algunos casos, reinvención) de la vida del ser humano en cuestión, termina por devolvernos a una persona muy alejada a como en realidad era y, en el peor de los casos, la tergiversación total de la esencia humana del difunto; acomodada está a la conveniencia de alguien más y con el único propósito de lucrar con la imagen, el recuerdo y, sobre todo, la obra del muertito.
Y es que resulta que, según el número especial sobre el difunto músico
publicó en diciembre del 2012 la revista
Rolling Stone, Lennon era un ser entregado
en cuerpo y alma a la “Paz” (así, en abstracto); dejando de
lado lo que muchos intuimos que era su gran pasión: La música.
Cuando se hacen ese tipo de afirmaciones, no dejo de pensar que sobre
ellas gravita la siempre ominosa presencia de la señora Ono; quien al ser la
administradora universal del legado de su famoso marido; ha sido la más
interesada en que esta imagen inmaculada de San Lennon sea el
estandarte para derrotar las maledicencias sobre la explotación comercial de la
marca registrada en que se ha
convertido no solo la imagen de John
Lennon; sino todo lo que de alguna manera tiene que ver con él.
Tan férreo es este control que, prácticamente cualquier intento de
utilizar el nombre, imagen, música o la simple referencia a al fallecido músico
requiere de la aprobación de la señora para poder ser lanzado al mercado legalmente; aunque cuando se le pregunta
a la viudita avant garde sobre la
edición de cosas tan absurdas y mercantilistas como, por ejemplo, los tenis
Converse con dibujitos de Lennon; la señora se escuda en el típico cliché de
que “es algo que John hubiera querido”.
Bien es sabida la habilidad de doña Yoko para los negocios
millonarios; sin embargo, más allá del lucro financiero de sus arreglos
comerciales; existe una especie de censura detrás de esta (casi) infranqueable
barrera que representa el veto o aprobación del uso de la santa imagen de John Lennon por parte de ella.
Porque… ay de aquel que tenga se atreva a siquiera a poner en duda la
vocación de paz del extinto Beatle! Y peor aún! ponerlo por escrito y
venderlo!!!
Curiosamente, fue a través de la publicación de un libro en 1988 sobre el ex Beatle que realizó el milagro (quizás el único) de unificar a la considerada por muchos la causante de la disolución de los Beatles y a casi todos los eruditos del evangelio Beatle y la mayoría de su feligresía alrededor de la condena este libelo maldito, blasfemo, difamatorio, amarillista y de muy mala leche; donde incluso la sola mención de su título y de su autor, los hace vomitar bilis.
Un libro que produce tan violentas reacciones merece, al menos, el
beneficio de ser leído; porque, díganme ustedes si no les entraría la
curiosidad de saber qué fue lo que lo que enchiló a un tipo generalmente
pacífico y políticamente correcto
como Bono (el de U2) para amenazar con ponerle una santa madriza a quien se atrevió a
cuestionar el incipiente mito de la santidad de Lennon; tal como lo consigna
esta estrofa de su canción God Part 2
del álbum Rattle & Hum:
(…) Don't believe in Goldman
His type like a curse
Instant karma's gonna get him
If I don't get him first (…)
Donde la persona a la que se
hace referencia, no es otro más que el difunto escritor Albert
Goldman autor de varias polémicas e incendiarias biografías; entre ellas The Lives of John Lennon (1988) [Reeditado por Chicago Review Press en 2001].
Albert Goldman fue un
profesor y escritor norteamericano, especializado en lo que se podría denominar cultura
pop. Su producción literaria fue magra; reduciéndose mayoritariamente a
escribir artículos sobre artistas pop en revistas para adultos y algunos
libros; de los cuales se destaca el que le dedicó a Lenny Bruce, el comediante gringo (Ladies and Gentlemen - Lenny Bruce!! [1978]) y sobre todo, su incendiaría biografía
sobre Elvis Presley (Elvis [1981]); la cual le gano su
reputación de escritor venenoso, carroñero y conflictivo.
Sin embargo fue su siguiente proyecto
el que le hizo merecedor del repudio y desprecio de prácticamente toda
la prensa roquera gringa, inglesa y por supuesto! ser blanco de los anatemas de
los sacerdotes de la inmaculada religión Beatle; quienes casi pidieron la
crucifixión del autor.
“Las muchas vidas de John Lennon” (en su título en la versión
castellana del libro) más que una biografía más sobre el ex Beatle; es el pretexto
que Goldman elige como el siguiente capítulo de su obsesiva batalla en la
demolición de los mitos creados alrededor de personajes públicos que él
(Goldman) asume que esconden algo muy sucio e inconfesable (por ellos mismo) debajo
de su imagen pública; luego entonces es su deber el escarbar entre la mierda más profunda para
derribar esos mitos y dejar a los ídolos
desnudos y expuestos a la mirada crítica e hiriente de todo mundo.
Y es que, conforme avanza uno en la lectura del libro, la facilidad de
describir situaciones y escenarios del escritor se revela, desde el primer
momento como una obsesión por demoler la imágenes públicas de los retratados en
su libro; dejando ver desde el primer momento el odio, racismo y hasta
misoginia con que el autor impregna su libro a través de sus comentarios mordaces,
hirientes y groseros y, sobre todo, al desarrollo de situaciones ficticias a
las que recurre como recurso literario para tratar de complementar las imágenes
que desea recrear sobre John Lennon.
Con todo el trabajo en cuestión no se trata (enteramente) de una
ficción narrativa; sino de una biografía que le tomó a Goldman más de 6 años en
escribir y algo así como 2000 entrevistas con gente relacionada directa o
indirectamente con Lennon (donde, por supuesto, no está doña Yoko).
Esta obsesiva forma de trabajo, además de revelar la personalidad meticulosa de Goldman, también fue el argumento con el cual el autor se protegería contra las previsibles demandas que, no solo Yoko Ono amenazaría con hacer, sino otros nombrados dentro del libro. Según el propio Autor, el no hizo otra cosa más transcribir (y en muchos casos con muy mala leche, tergiversar) las palabras de sus entrevistados.
El resultado son casi 700 páginas que derrumban el mito casi divino de
Lennon y lo deja en lo que (supone Goldman) su verdadera dimensión humana: Un
ser complejo, incongruente, manipulable por las mujeres poderosas que
influyeron en su vida y manipulador y cruel con las que él pudo manejar y, como
cereza del pastel, remata con la imputación directa de que Lennon era bisexual,
asesino y que sus composiciones musicales no eran fruto de su inspiración consiente,
sino del uso excesivo de drogas.
Sin embargo, no contento con esto, Goldman arremete con prácticamente todo
el que directa o indirectamente tuvo que ver con Lennon; regalándoles adjetivos
despectivos como el que Yoko Ono tenía un aspecto “simiesco” o que George
Martín, el productor de la mayoría de los álbumes de The Beatles era
simplemente un “lamebolas” siempre
dispuesto a hacer lo que McCartney o Lennon quisieran o inclusive dedicándoles capítulos
completos del libro; principalmente a doña Yoko, a la que no la baja de ser una
puta interesada solo en los hombres como medios para lograr sus ambiciones y
además, de ser una pesada adicta a la heroína.
Los aspectos más controversiales del libro son los que, de igual
manera, están peor documentados al ser adjudicados a fuentes anónimas, pero confiables. Tal es el caso del supuesto
asesinato que Lennon cometió en Hamburgo; el cual, según Goldman, le fue
relatado por el propio Lennon a un amigo;
el cual, a su vez, le hizo la
confidencia a Goldman; o el supuesto aborto que le indujó a Yoko Ono tras haberla pateado en el vientre, despues de una riña o incluso la fantasiosa conjura que se inventa para explicar el asesinato de Lennon ordenado por grupos fundamentalistas cristianos; cuyo brazo ejecutor fue David Chapman.
De igual manera, resulta imposible de corroborar si efectivamente
Lennon viajó a Tailandia a finales
de los setentas y, una vez ahí, contrato niños y adolescentes como prostitutos;
tal y como el escritor sugiere; con una cantidad de detalles tal que difícilmente
se puede dar crédito que efectivamente, esto sucedió.
Y es que, como comentábamos antes, mucho de lo escrito por Goldman son
meramente chaquetas mentales que el escritor construye a partir de chismes;
aunque dentro del contexto del libro; parecerían consecuencia directa de la
conducta de Lennon.
Por ejemplo, la relación que existía entre Lennon y Brian Epstein y
sobre todo, el rumor de que ambos cogieron en unas vacaciones de ambos en
España (rumor muy difundido y que incluso, se retoma de diferentes fuentes); Goldman lo trata como un hecho real y consumado; y va aún más lejos al
asumir que no solo fue un acostón de
cuates; sino una relación sentimental y sexual que se prolongó por mucho
tiempo. Esto provocó no solo la ira de Yoko Ono, sino además el desprecio de Paul McCartney; quien curiosamente,
junto con Freddy Lennon (el papa de
John) y Allen Klein, reciben los
mejores tratos y opiniones por parte de Goldman y que paradójicamente, dentro de
la historia oficial de John Lennon, son vistos (al menos Freddy y Allen Klein) como
tipos abusivos que se aprovecharon de John en muchas formas.
Estos hechos, por si mismos, podrían descalificar al libro al ser
tratados como meras calumnias; sin embargo, lo extraño es que a pesar de la
amenaza de demandar legalmente a Goldman, Yoko Ono jamás lo hizo; ya que (según
ella) sus abogados le aconsejaron el desistir de esto para evitar dar más
publicidad al libro.
Esta extraña decisión generó la sospecha que, a pesar de las
innegables (y calumniosas) licencias literarias que el autor se tomó al momento
de escribir su libro; la mayoría de lo que los hechos que relata son verdaderos…
incluso, los más controversiales; como la (supuesta) homosexualidad de Lennon.
Finalmente, en términos generales se podría decir que el libro cumple
su cometido: destruye la imagen de santidad de Lennon; aunque no lo humaniza,
sino que lo coloca al otro extremo de la balanza; quedado este (Lennon) como un
ser extraviado en sus propios miedos, frustraciones y envidias; siempre
escondido bajo la imagen pública que poco a poco su esposa le fue forjando.
A pesar de su extensión, el libro se lee de manera amena y sobre todo,
muestra un ángulo oscuro del músico; cosa que todos los que hemos seguido de
una u otra forma su carrera musical, intuíamos y con cierta resignación,
aceptamos que posiblemente mucho de
lo que Goldman escribió sea cierto; aunque eso, más allá de desvirtuar su obra,
resulta un elemento que la apuntala, porque, al menos, nos permite reconocer
que Lennon no era Dios, sino un ser humano extraordinario, tanto en sus
virtudes como defectos y eso, lo pone más cerca de nosotros que su pomposa,
insufrible y artificial aureola de apóstol
de la paz.
Disponible en Amazon, Gandhi y en
algunas librerías del centro del DF o si desean una copia digital del libro, aquí esta la liga de la libreria Gandhi: http://digital.gandhi.com.mx/las-muchas-vidas-de-john-lennon
Bonus track: como dato curioso se tiene que el siguiente
proyecto de Albert Goldman, era una biografía de Jim Morrison; sin embargo el trabajo quedó inconcluso a la muerte
del escritor que jamás recibió un citatorio por alguna demanda de su libro de
Lennon…
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