Kisses on the Bottom
Paul McCartney
Hear Music
2012
De un tiempo a la fecha, Paul McCartney ha adoptado la rara (y ya a estas alturas, chocante) muletilla de invocar a su pasado como
Beatle y sobre todo, la de involucrar
al fantasma de John Lennon para justificar
muchas de sus decisiones artísticas actuales: Ya sea desde el desenterrar
viejas canciones, su forma actual de componer y grabar instrumentos o como
ahora, la justificación de hacer un disco de canciones añejas que (según el) las
escuchaba de niño (y también John) y que se volvieron influencia importante en
su trabajo posterior como Beatle y en solitario.
El día de hoy, oficialmente, es el lanzamiento del nuevo
disco de Sir Paul McCartney; Kisses on the Bottom que se puede
traducir como besos hasta el fondo. El titulo que se extrae de un párrafo de la letra de una de las canciones del disco
(I'm Gonna Sit Right Down And Write
Myself A Letter) y que, en todo caso, se entendería (en el contexto de la canción) como una frase amorosa de reconocer
que uno es un chingón escribiendo cartas a uno mismo.
Por si mismo, este horrible nombre del álbum ya tiene un lugar seguro en la lista de los
peores títulos de discos de todos los tiempos; porque (no se si a deliberadamente
así escogió Paul el nombre del disco) la frase podría entenderse como besos en el trasero… cosa que igual
tiene sentido (si se lee en el contexto del caló gringo )si lo que se trata es
de homenajear a las canciones que se incluyen en el disco, aunque en México y
otros países, invita más al doble sentido.
Y es que, como el propio Paul explica, su intención fue
hacerle un homenaje a aquellas canciones que, en su niñez y en la de Lennon, fueron gran influencia para su
posterior desarrollo como los Beatles;
aunque, con todo, su disculpa anticipada fue la de decir: “Hombre! Si no hago esto ahora, entonces nunca lo haré”. Y así, de esta premisa del ahora o nunca sale el que quizás sea el
peor proyecto en solitario de Paul… aun peor que su fallida aventura fílmica Give my regards to Broad Street (1985).
Bueno… no seamos drásticos. Paul está ya más allá del bien y
del mal; aunque (esperemos) que este experimento musical solo sea un caprichito
de viejito gaga y que no trascienda más allá de que este disco le agrade sobradamente
a cierto sector del publico gringo y quizás le valga, al menos, una nominación
al Grammy. En serio que sería una
tragedia que el próximo año, nos tengamos que chutar los volúmenes 2, 3 y 4 de
estos “besos”.
Por otro lado, esta es también es la manera más cursi de ponerle
una signo de interrogación a una carrera musical que, si bien ha tenido sus
altas y bajas, al menos ha sido constante. Este nuevo trabajo de McCartney no
se trata de una nueva incursión en la música sinfónica o de cámara; genero en
el que ya ha producido seis álbumes de música clásica que, vistos a la distancia y quitándole la novedad de ser opus orquestales
compuestos por un ex Beatle, son bastante predecibles, cursis y a veces faltos
de frescura y espontaneidad.
Hablando ya del album; se puede remarcar que particularidad
que distingue a Kisses on The Bottom de
otras revisiones a la música contemporánea gringa; es que Paul hizo una
selección no de los típicos grandes éxitos;
sino de canciones un tanto oscuras y desconocidas; así como de la inclusión de
un par de nuevos temas escritos para la ocasión y, el la edición de lujo, la
regrabación de Baby’s Request”; la
cual cerraba el lado B de su ultimo álbum con los Wings, el irregular Back to
the Egg de 1979.
El estilo de todo el álbum es la orquestación de las
canciones con arreglos de jazz clásico; ese que es extremadamente melódico y
aunque en un par de tracks aparecen Eric
Clapton y Stevie Wonder; no hay ni
un remoto eco de rock que cambie el estilo del disco. De hecho, las dos canciones
de la autoría de McCartney y que pretenden ser la diferencia entre este disco y
lo hecho por Rod Stewart, están dentro de la misma línea musical del disco. My Valentine (primer sencillo del álbum
y de la autoría de Macca) es el
sencillo que, aun y con los modernos arreglos de Tommy LiPuma (productor del disco y conocido por sus trabajos con …
Barbra Streisand!) y de la excelente
ejecución en el piano de Diana Krall
y su orquesta, suena cursi y tieso.
Concediéndole a McCartney el beneficio de la duda y asumiendo que, realmente, su amor por estas
viejas y oscuras canciones sea sincero; eso no basta para lograr conectarse con ellas y aunque es
evidente que en la producción y los arreglos se ha cuidado que estos respondan
a las limitaciones de su ya deteriorada voz, se percibe este ajuste con calzador; lo que le resta naturalidad
a la interpretación y por supuesto, alejada a la esencia del cantante.
Si, seguramente varios se deslumbrarán con los arreglos del
disco y por supuesto, habrá quienes incluyan este álbum en su colección de
discos para fiestas nice y por
supuesto, los “fans from hell” de los
Bicles ya habrán puesto a Paul en un nuevo nivel arriba de genio musical; sin embargo y aun y cuando se quisiera hacer una
escucha del disco sin apasionamientos ni ánimos de critica, la verdad es que a
la segunda canción el sopor se apodera de uno y aun dentro de su perfecta
producción; no existe una liga emocional con el álbum. Quizás se deba a que, en
todo caso, no sentimos afinidad extrema ni por el estilo, ni por las canciones
en si (al menos para muchos de quienes
no estamos tan familiarizados con el genero) y a que, la interpretación de Paul
es, en todo caso, impostada… no es su estilo pues.
Mención aparte se merece el arte del disco que, por mucho,
es la peor de todo el catalogo de McCartney. La foto de la portada con un Paul
cargando un enorme ramo de flores no augura más que melcocha… eso sin contar el
efecto que causa ver los tratamientos faciales del Sir, los cuales lo hacen ver
tan joven que podría, sin proponérselo,
matar del susto a más de uno de sus contemporáneos fans por su apariencia
friki.
Curiosamente, el disco aun no ha “despegado” del todo y el recibimiento tanto de la critica como del
publico ha sido tibio. Las reseñas, principalmente de la prensa gringa, han
sido moderadas y es posible que, en el mejor de los casos, pase sin pena ni
gloria.
Kisses on the Bottom
es, en resumen, un capricho postergado de Paul; una auto indulgencia que, como
se podría esperar, está requetebonito
y de seguro, podría ser un regalo muy apreciado para tus papas, si es que ellos
aun siguen odiando a los Beatles por decir (en
palabras de Lennon) que eran “más grandes que Jesús”; o si eres un
adulto contemporáneo (pero moderno) y
disfrutaste de la voz “romántica” de
Rod Stewart cantando Stardust; este disco será una buena
elección para ponerlo antes o después del de Luis
Miguel con Big Band.
Para el resto de nosotros, solo nos queda esperar que este
no sea el proverbial canto del cisne
del señor McCartney y, aunque anunció que ya no haría más giras (después de concluir su interminable “gira
del adiós”), al menos su siguiente álbum, sea menos pomposo y mamón. (Su
siguiente álbum “nuevo” se anunció para [quizás] finales de 2012).
Bonus track: Aun y cuando no hay un video oficial de “My
Valentine” les dejo la misma que se puede encontrar (aun) en Youtube.
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twitter! @theprivatepress
Hay gente que nace para crear, se llaman Artistas, tiene la capacidad de representar en cuadros, en esculturas, en música, etc., su sentir. Hay otra gente, que ante la incapacidad de crear o de disfrutar el arte de otros, eligen juzgar al artista, haciendo uso de una increíble autoridad para tal juzgamiento; autoridad que quién sabe qué Dios Supremo les ha dado.
ResponderEliminarGracias por la Música, Sir Paul!
Estimado fabio.
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario. Es evidente que eres un fan de los Beatles; y es entendible el sentido de tu comentario; el cual es muy respetable, aunque creo me parece que te gano el sentimiento y no te permitió entender el sentido del post. Yo tambien soy admirador de la obra de los Beatles y de Paul en particular y, por esa razón, siento que tengo el derecho de externar que este ultimo trabajo de Paul es esencialmente un capricho que lo deja muy mal parado si lo comparamos con otros opus de su catalogo.
Considero que no porque nuestros heroes musicales sean eso, heroes, esto los hace infalibles y por supuesto que se equivocan!
En fin! ... gracias por visitar este sitio y si buscas bien, podrás encontrar otras entradas sobre el trabajo de paul que seguramente serán de tu interes.
Saludos
@theprivatepress
Estimado @theprivatepress;
EliminarEs tan cierto que soy fan de los Beatles y de McCartney, como que tambien hay parte de su obra que no me gusta (te puedo dar ejemplos pero no vienen al caso). Lo que me pareció mal de tu comentario no fue que no te guste su disco, sino lo destructivo de tu expresión, no dejando lugar a que a otro le guste, y juzgando la forma en que el artista eligió el camino a seguir. Sgt. Pepper y Magical Mistery Tour también fueron caprichos; qué sabemos si es cierto o no si esos temas eran o no del gusto de Sir Paul en su infancia, y además, de qué sirve saberlo? Lo único concreto en una obra es qué te pasa cuando la escuchas. Es como el vino, el bueno es el que te gusta.
Te decía al principio que había parte de su obra que no me gustaba, por ejemplo Wild Life, pero estoy seguro que si digo "Wild life es una mierda", va a aparecer alguien ofendido a decirme que le encantan los acústicos de ese disco.
Creo en la honestidad de un artista que luego de haber revolucionado la música a los 20, sigue activo e inquieto a los 70; te entiendo el "no me gusta" a este disco, pero tu crítica me pareció agresiva al punto de hablar de la estética de su rostro. Es un disco de música, ni más, ni menos.
Nobleza obliga, todo lo agresivo que fuiste en la crítica no lo aplicaste en tu respuesta hacia mi, lo cual agradezco sinceramente.
Saludos;
Fabio
Te apoyo Fabio
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