sábado, 8 de octubre de 2011

¿Quién acabó con el negocio de la música?


Hasta antes de los ochentas, el mundo de la música grabada estaba monopolizado por las grandes compañías de discos debido a que, en su momento, entre los músicos profesionales la creencia de que pertenecer al elenco de EMI, Columbia, BMG y Phillips o alguno de sus subsellos como Island Records, Arista, Parlophone (entre otros) era la clara muestra de que habían triunfado, creativa y económicamente.

Sin embargo, esto no era sino un espejismo. Muchos grupos y solistas tuvieron (y tienen actualmente) que lidiar con ejecutivos cuyo principal interés no es propiamente el arte; sino las ganancias que se pueden obtener del mismo.

De ahí que, el "modelo de negocio" de estas compañías incluía, además del apropiarse de la comercialización de las obras musicales, los derechos y ganancias de su difusión, la organización de conciertos, el management de los artistas e incluso la apropiación a perpetuidad de gran porcentaje de las regalías de los discos y canciones de sus "artistas".

Este fue un modelo exitoso considerando que hasta finales del setentas y principios de los ochentas, la piratería de música no representaba un riesgo para las compañías de discos; considerando que, los medios masivos de reproducción industrial ilegal de sus materiales era costosos y se reducían, en todo caso, en maquiladoras de discos de vinyl. A nivel doméstico, el casete de audio no representaba tampoco una amenaza debido a las propias limitaciones del medio.

De ahí que, en esos años, se volvió una situación común el que artistas alcanzaran ventas de 500 mil o hasta un millón de copias vendidas de sus álbumes. El clímax de esta "época dorada" de las grandes compañías de discos lo tuvo con la venta de más de un millón de copias (ha su salida) del álbum "Thriller" de Michael Jackson.

Sin embargo este apogeo fue el proverbial "canto del cisne" de las compañías de discos.

El Compact Disc no es, como mucha gente piensa, un invento ochentero. El desarrollo data aproximadamente desde principios de los setentas, pero no es sino hasta 1979 cuando se da a conocer. Este nuevo soporte para almacenar música tardo algunos años en ser del interés en las compañías de discos. Phillips y Sony desarrollaron la tecnología necesaria para su producción en masa, pero no fue sino hasta 1980 cuando la industria discográfica encontró atractivo el potencial de comercialización de los CD y empezó la producción, comercialización y uso a gran escala de los discos compactos.

Una cosa conduce a la otra... las ventajas competitivas del Compact Disc fueron también la razón de un aumento (primero) de las ventas de grabaciones piratas y ya a finales de los ochentas, con el boom de las computadoras personales y sobre todo, de la creación del CD grabable llegó la notoria caída en las ventas de discos.

Con el arribo masivo del internet y sobre todo con la posibilidad de intercambiar archivos conteniendo música (y posteriormente videos) de manera comprimida forzó a las compañías de discos a asumir que su reino estaba viendo su fin; tratando desesperadamente de subsistir a través primero de la fusión de compañías (BMG-Ariola); rematadas al mejor postor (Columbia Records es comprada por ... SONY!... la misma compañia que ayudo a crear el CD y a comercializar los quemadores ... de CD!) o de plano, a adelgazar sus estructuras administrativas o, como en el caso particular de EMI, viviendo de las ganancias que generan los discos de The Beatles y Pink Floyd (que ese será tema de otro post).

Ante este panorama tan negro, también las compañías disqueras deciden tomar acciones legales contra los que (suponen) son los promotores de su debacle. En los noventas, es emblemático el litigio contra Napster y después, a manera de ejemplo, contra usuarios particulares, como cierta madre soltera que fue demandada por varios millones de dólares debido a que su hija descargó varios cientos de canciones "de manera ilegal".

Otras acciones que aun están en discusión, son las controvertidas medidas que se planean introducir con el ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement) o "Acuerdo Comercial Anti-falsificación" que pretende, entre otras cosas, el que los proveedores de Internet (a solicitud de "una autoridad competente") puedan escanear el contenido de las computadoras personales en busca de archivos "piratas".

Sin embargo, aun y con que la mayoría de las descargas "ilegales" que se dan en la red no tienen un aparente fin de lucro han decidido enfocar sus baterías en ese sector, más allá de la verdadera piratería que en el comercio informal tiene su principal enemigo y que, curiosamente, siendo este más evidente, poco o nada se hace al respecto.

Es irónico que el desarrollo tecnológico, uno de los pilares del "capitalismo salvaje" (a según de algunos) sea también el que esté dando la estocada final a una industria que hizo de la música un negocio y al arte en una "industria del entretenimiento".

2 comentarios:

  1. esto no hubiera pasado con lópez obrador

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  2. Mi buen RBDBOY, las disqueras y los artistas deben entender que el nuevo negocio no es la venta de discos sino los conciertos y presentaciones.

    Ya mamaron mucho de la vaca de los huevos de oro, se la acabaron y ahora toca trabajar como hormigas para buscarle lana a los borregos fans de los artistas.

    Se que mencione a mucho animales, pero es solo porque pretendo darle un tributo al día de los animales que paso hace varias semanas.

    Salud!

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