domingo, 15 de julio de 2012

Galería de horrores del Rock

Los mitos y leyendas surgen (la mayoría de las veces) de hechos reales que, a falta de una cámara o grabadora a la mano, son transmitidos por las memorias y recuerdos de quienes los vivieron y que, poco a poco, los que escuchan estas anécdotas van agregando o quitando hechos hasta el punto que resulta difícil distinguir la verdad de la historia de los detalles agregados; aunque a veces estos resultan más interesantes que la historia real.


El rock ha construido su propia mitología que, mal que bien, se pueden comprobar de una manera más precisa gracias a que existen medios impresos y electrónicos que, después de alguna investigación, nos pueden corroborar la veracidad de las historias más truculentas de los rockstars; quienes, por cierto, tienen una propensión natural al exceso, la extravagancia y la autodestrucción.


Sin embargo, los mitos fantásticos sobre las hazañas sexuales de Jimi Hendrix y su imponente pene, las extravagantes historias del tiburón disecado en el avión de las giras de Led Zeppelin o la extraña confesión de Elvis de que era un extraterrestre y que venía de otro “planeta azul” (sic) son meros chismes faranduleros (pero harto morbo… ejem! divertidos) comparados con la brutalidad de la realidad que, de vez en vez, nos deja ver a nuestros ídolos tal y como son; generalmente por cortesía de algún escandalo que nos dejan atisbar a la miseria interna de estos seres que antes de ser Rockstars, son personas tan comunes y corrientes como nosotros y como tales, están a merced de los mismas tentaciones y pecados que todo el mundo.


Sin embargo, hay algunos de ellos que por la naturaleza de sus actos merecen estar no en el Olimpo de los Dioses sino en una celda por la crueldad, degradación y en algunos casos, el fatal desenlace de sus excesos.


Ejemplos hay muchos; aunque aquí solo van algunos ejemplos de los que distinguieron no por lo excelso de sus obras; sino por lo torcido de su conducta que los llevó a enfrentar el rigor de la Ley.


Señoras y señores! Con ustedes la crema y nata de los rincones torcidos del Dios Rock!