viernes, 30 de enero de 2015

Frankie Says: One more - 30 años en el "Domo del placer"

Dedicado a Ivan Sierra, esperando se reponga pronto!

"Relax, don't do it/
When you want to suck it, do it/
Relax, don't do it/
When you want to come."
 
Frankie Goes to Hollywood, o lo que es lo mismo, Holly Johnson en la voz, Paul Rutherford en las voces, teclados y solo vine a bailar; Peter Gill en la batería, Mark O'Toole en el bajo y guitarra y Brian Nash en la guitarra fueron, amen de los escándalos mediáticos y de la controversia sobre su extrovertida personalidad, los protagonistas de una de las historias más encantadoramente perversas de éxito y ruina en dos actos (o discos, si se quiere ver [y oír] así) del rock inglés de los años ochenta).

Aunque la génesis de lo que fue Frankie Goes To Hollywood (o FGTH, de aquí en adelante) no es muy diferente a la de la mayoría de las bandas de rock en el mundo y muy particularmente las que surgen en Liverpool, donde existe una (casi) inacabable veta de talento musical y, sobre todo, de aquellas donde sus miembros tienen personalidades extrovertidas y hasta cierto punto, escandalosas.  

FGTH nace de tres bandas: Big in Japan, Sons of Egypt y The Spitfire Boys. De igual manera, esto no es inusual. Bandas que se crean a partir de otras, no es nada nuevo y por supuesto, nada tiene de peculiar u original. Así que ¿Qué de extraordinario tiene la historia de FGTH?

Todo inicia en 1981 cuando el núcleo original de FGTH eran Johnson, Nash, Gill y O’Toole y que se hacían acompañar en las vocales por una tal Sonia Mazumder. Johnson era el único que había incursionado en la música de manera profesional al grabar en disco un par de temas con el grupo Big in Japan; las cuales fueron un fracaso total.  Posiblemente, la llegada de Johnson a FGTH fue el detonante del incipiente éxito del grupo; ya que la loca y extrovertida personalidad de Johnson influyo en el grupo, de tal manera que comenzaron a generar cierta fama en el circuito del punk underground ingles; aunque no tanto por su música, sino por lo chocante y vulgar de sus shows, donde los miembros del grupo solían aparecer prácticamente como si fueran a practicar bondage en el escenario. Poco a poco fueron alcanzando cierta notoriedad y fans; entre los que estaba incluido Paul Rutherford, ex vocalista de una banda punki de corta existencia, pero de gran influencia en los músicos ingleses de esa zona: The Spitefire Boys.

Rutherford se enamoro tanto de FGTH y de su concepto que, aunque vulgar y grotesco, le producía la impresión de que más allá de un truco teatral para atraer la atención, había algo de honestidad y originalidad en su acto; por lo que la primera vez que coincidieron ambos grupos en un escenario (el club The Wharehouse en la ciudad inglesa de Leeds, en algún momento del primer semestre de 1982), Rutherford, convence a FGTH de despedir a Sonia del grupo, toma su lugar en el escenario y, de esta forma, queda completa la alienación de FGTH.

Durante 1982, el grupo sigue tocando y ahorrando para grabar demos de algunas canciones; mismas que fueron rechazadas un par de veces por dos sellos discográficos pero que, por otro lado, le interesan a John Peel, el famoso DJ de la BBC; el cual les propone grabar una sesión en el mes de febrero de 1983. Este evento atrae la atención de algunos medios hacia el grupo, el cual, aun sin compañía de discos, aparece en el programa de TV inglés The Tube del Channel 4 con una primera versión en vivo de Relax. El éxito en TV hace que su sesión en la BBC vuelva a transmitirse y porque así lo pidieron los escuchas, se agenda y realiza otra sesión a principios de 1983.

Aun y con este aparente éxito; FGTH no había logrado nada trascendental. Sin embargo esta racha de fama del grupo, no pasó desapercibida para algunos ejecutivos de algunos sellos discográficos; entre ellos Trevor Horn; ex integrante de The Buggles y miembro de los últimos dos álbumes de Yes; quien para ese momento, se encontraba buscando artistas para su nuevo sello discográfico ZTT Records.

Horn estuvo algún tiempo siguiendo la pista de FGTH; esperando encontrar la razón correcta para firmarlos. En cuanto vio el potencial comercial de Relax, no dudo en acercarse al grupo y convencerlos de que su compañía y el, como productor, eran la opción más viable para construir su carrera musical en las "grandes ligas". Así, en algún momento de finales de 1983, FGTH firma el contrato no solo de grabación, sino de representación y administración de su carrera musical con ZTT. Por esas vueltas retorcidas del destino, esta decisión precipitada le dio al grupo la oportunidad de convertirse, sin lugar a dudas, en un icono en la cultura pop; pero no por la calidad de su música; sino porque se convirtió en la parte más visible y vendible de un plan corporativo donde, la música, diseño, arte gráfico y publicidad, estaban regidos por la férrea dictadura de los equipos creativos de ZTT; dejando a los músicos, en muchos casos, al margen de las decisiones no solo de aspectos un tanto prosaicos de sus carreras, como presupuestos, logística o concertación de actividades de promoción; sino incluso, de sus propias creaciones musicales.

Ahora bien,  es seguro que los FGTH no eran unos completos ingenuos al momento de firmar tal contrato; ya que es lógico suponer que existían compensaciones inmediatas muy atractivas, pero en general, por lo poco que se ha podido filtrar del contrato en el juicio algunos años después que promovió Holly Johnson para poder iniciar una carrera solista, nos deja ver que fue un trato injusto, abusivo y con visos incluso de… esclavitud!

Sin embargo, para FGTH el encanto de tener un jugoso (en apariencia) contrato discográfico, duro hasta las primeras sesiones de lo que sería su álbum debut; el ya referido Welcome To The Pleasure Dome.

Literalmente, los músicos hicieron un pacto con el Diablo… uno que era un artista genial y con mucha visión para los negocios; pero con un terrible perfeccionismo que lo llevó a los extremos más torcidos del control (hagan de cuenta, un Paul McCartney multiplicado por 10).

 Trevor Horn (osease su compañía ZTT) controlaba todo: Desde que estudios utilizar, cuanto tiempo para grabar, que arreglo debería de tener las canciones y un largo etcétera.  Es decir, la auto imposición de Trevor Horn como el productor del disco, no hizo sino convertir a los FGTH en un mero vehículo de la desaforada y terriblemente impositiva creatividad de Trevor.

Y es que en los ensayos del álbum, Trevor comenzó a imponer su visión sobre el trabajo de los músicos. Esto dejaba claro quien era el jefe y por supuesto, que el disco sería hecho a entera satisfacción de Horn... no de los músicos. Se podría entender que la novatez de los FGTH los hizo aceptar de manera sumisa las sugerencias de Horn; en parte porque de alguna manera, esto les garantizaba que su disco sería impecable, excelentemente producido y que, (viéndolo desde un punto de vista muy cándidamente optimista)  esas sugerencias eran lecciones de oro para aprender y mejorar como músicos.

Pero…

Lo que nunca se imaginaron, fue que una vez terminados los ensayos y con los demos de las canciones que se incluirían en el álbum, Trevor literalmente hiciera de lado a la banda, excepto Holly Johnson, al que solo lo llamo para cantar en las mezclas finales. Horn reclutó a muchos músicos de sesión y hasta su excompañero de Yes, Steve Howe, para que ellos fueran los que grabaran, como grupo fantasma el álbum (aunque, curiosamente los nombres de los músicos de sesión se imprimieron en las fundas interiores del disco como parte de los agradecimientos, excepto a Howe, al que si se le da crédito especifico por haber tocado la guitarra en, al menos, una canción).

Por supuesto, lo anterior causo irritación en la banda aunque, en todo caso (y quizás como medio para restar presión al asunto) se acreditó legalmente a ellos la autoría de la interpretación de las canciones en el álbum y por consiguiente, se les aseguró su tajada en el reparto de regalías del mismo. Por supuesto existía la promesa (verbal) de que los subsecuentes álbumes, serían realmente ellos (los FGTH pues)  los que estarían tocando las canciones.

Welcome to the Pleasure dome [ZTT Records, 1984] fue (y sigue siendo) un disco esencial en la historia del rock  ingles; sobre todo porque fue uno de los primeros donde la identidad grafica sobrepaso el concepto musical y, por supuesto, donde el uso del escándalo mediático, a la par de la (para esos años) suprema fuerza del videclip, vía MTV, colocaron a FGTH en menos de un año (y para siempre) como un icono reconocible de esa época cuya influencia y referencia, hasta el día de hoy se sigue usando.

Curiosa situación esta, ya que era más que evidente que el grupo que se presentaba en los conciertos sonaba muy, pero muy diferente en el disco…  

Estos rumores eran cubierto muy bien por la agresiva, polémica y sobre todo ingeniosa campaña de publicidad y medios que ZTT tenía ya establecida para promocionar sus productos basada principalmente en el Futurismo (una corriente artística y filosófica nacida en Italia a mediados de los años 20 del siglo pasado y que fue muy influyente en el diseño gráfico de décadas posteriores).

El éxito de FGTH fue rotundo al colocar de manera seguida 3 canciones en el primer lugar de las listas de la BBC y por supuesto, el hecho de que Johnson y Rutherford no negaban su homosexualidad y más aún, la controversia de la censura de la BBC a Relax, convirtió, en tan solo año y medio, a FGTH en icono de la cultura popular mundial; gracias a sus videos, su música y, como dije, el novedoso manejo de medios.

Sin embargo, no todo era miel en el paraíso. Johnson comenzó a tener fricciones cada vez mayores con la banda; principalmente después de haber tomado la decisión sin consultar a los demás de llevar a su flamante (y cuareton) marido (el comerciante de arte Wolfgang Kuhle) a las giras  y después porque a manera de una Yoko Ono gay, Kuhle comenzó a manejar la carrera de su novio, cosa que no hizo sino aumentar las de por si tradicionales tenciones en cualquier banda de rock y que culminaron con las declaraciones, quejas y lamentos sobre la insatisfacción que  sentía Johnson de sus compañeros de banda.

El disco, por las razones expuestas, no refleja sino algo mínimo de lo que era FGTH como grupo y sí mucho del abrumador perfeccionismo de Trevor Horn. Para ejemplificar lo anterior, solo basta decir que en la grabación del disco, se invirtió más tiempo en la mezcla y masterización, debido, principalmente, a que Horn se obsesionó tanto con algunas canciones, que las mezclaba, remezclaba y volvía mezclar hasta que (en apariencia) quedaba satisfecho.

De este hecho nace la leyenda oscura de que  fue tanta la obsesión de Horn, que hizo más de 40 mezclas y mixes de “Relax”: muchos de ellas aun sin editar públicamente.

En una entrevista de los años noventa, Trevor se justificó argumentando que, en todo caso, su único “pecado” fue el haberse empeñado en lograr “sacar lo mejor” no del grupo, sino de las canciones que para ese momento, eran el repertorio del grupo; porque su instinto le decía que era “muy buen material”; rematando que, en todo caso “los resultados hablan por sí solos”.

Con todo, FGTH regresa a los estudios de grabación entre julio a diciembre de 1985, se dan las sesiones para grabar Liverpool (ZTT Records, 1986) su segundo álbum; ahora bajo la producción de Stephen Lipson, quien habia trabajado con Grace Jones, los Pet Shop Boys, Annie Lennox y hasta el mismísimo Sir Pol.

Un dato trivial de la grabación de Liverpool (pero muy importante en el juicio ZTT Vs FGTH), fue el hecho de que este disco fue uno de de los primeros álbumes grabados digitalmente, de principio a fin. Se le dio un uso tan intensivo al ese equipo que llegó a ser considerado  (no sin cierta sorna) el sexto Frankie.

A medidos de 86, se empieza a anunciar el regreso de FGTH, y se edita el primer sencillo del nuevo álbum Rage Hard que solo llega al puesto 4 de las listas y pronto desaparece. Los siguientes dos sencillos, Warriors of the wasteland y Watching the wildlife no llegan ni  al top 10 y, aunque la crítica recibió bien al álbum por (irónicamente) su sonido orgánico, sobrio y no tan sobreproducido, el disco pronto se considera un fracaso.



Y de aquí en adelante, fue una caída libre de la cima hasta los infiernos de las salas de justicia inglesas...

Johnson fue el primer en abandonar el barco de FGTH al anunciar que MCA records le habia propuesto un jugoso contrato de grabación; sin embargo, ZTT le corta las alas invocando el contrato que previamente Holly había firmado, siendo parte de FGTH con ZTT. Una clausula claramente indicaba que, mientras no se cumpliera el contrato por 4 albumes de material original con ZTT, cualquier material solista de los miembros de FGTH, pertenecía a ZTT. Por supuesto que ambas partes no llegaron a un acuerdo y terminaron ventilando este asunto en la corte y, por supuesto, a la vista morbosa de la prensa inglesa.

En el juicio salieron a relucir los argumentos más sucios por parte de ambas partes. Se exhibió, por ejemplo, el increíble costo de estudio que corría a cargo, de acuerdo a la contabilidad de ZTT a pagar por grupo y que más del 80% del mismo fue el que uso Trevor Horn para hacer sus infinitas mezclas-En respuesta, ZTT ventilo los orígenes de su producto, FGTH  y lo que invirtió para cambiar la imagen pervertida del primer FGHT en algo extremadamente refinado y elegante. Los golpes bajos siguieron hasta llegar a extremos tales como asegurar que, en realidad, la maquina digital de grabación fue la verdadera estrella de Liverpool (el álbum), ya que prácticamente ni Holly sabia cantar y los otros músicos no sabían ni siquiera, afinarse…

Un juicio por demás sucio y deliciosamente morboso que pudo irse a años de litigio; de no ser porque Propaganda, otro de los primeros grupos firmados por ZTT  decidió también demandar por las mismas razones y, aunque ellos si llegaron a un acuerdo fuera de la corte, al menos sirvió como elemento que fortaleció la posición de Johnson y sus abogados, a quienes al final, el juez le dio la razón, no disolviendo el contrato, sino simplemente, anulando las clausulas en litigio... dejando prácticamente el contrato tal y como se firmo!
 
Esta victoria sentó cierto precedente en el mudillo corporativo de la música; aunque por otro lado, a los vencedores del pleito , poco les duró el gusto, ya que el disco solista de Johnson con MCA fue un fracaso y se retiro de los escenarios debido a que a finales de 80’s descubrió que estaba infectado de VIH. A la fecha, algunos integrantes del grupo, como O’toole y Nash, se reúnen de vez en vez para interpretar canciones del grupo bajo nombres falsos; ya que, FGTH, como marca comercial, es propiedad registrada de ZTT... tal como esta en el contrato original...

Hasta la fecha una reunión de los integrantes originales de Frankie Goes To Hollywood es casi imposible y muy seguramente, jamas la habrá; aunque por otro lado, ZTT sigue explotando hasta la fecha a FGHT con recopilaciones, mixes y toda lo referente a FGTH como marca comercial y eso, mis queridos amigos, si que es un negocio redondo.

Quizás ahora los FGTH no estén interesados en demandar legalmente para recuperar el nombre de su grupo; aunque, quien sabe...

Bonus track:

Relax… la canción que inició todo

 

Nota final: Por una de esas razones que uno no se puede explicar, todas las versiones en CD de Welcome to the Pleasuredome están horriblemente masterizadas y pero mezcladas. El audio en CD siempre se escucha, en general muy bajo. Si lo pueden escuchar en vinil, será la opción correcta...

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