viernes, 5 de febrero de 2010

Tus idolos están muertos ...


Desde hace días, a través del Twitter, he estado recibiendo mensajes sobre la Segúnda Odisea (sic) de una estación ochentera llamada Rock 101 y que estuvo en circulación en el DF por ahí del 83 al 89 (creo).

"Rock 101 ... ídea musical" y "Puro, total y absoluto rock and roll" erán dos de las frases con las que se identificaban algunas cortinillas de la estación y las cuales se convirtieron en su sello distintivo durante la vida de la estación.

La frecuencia de FM donde transmitían era el 100.9 mHz; misma que fue ocupada despues por una estación pitera de música pop y supongo que finalmente sucumbió a la avalancha de "radio blah blah" que ahora innunda el cuadrante radiofónico del DF.

Esto no tendría nada de extraordinario y de hecho, no lo tiene si consideramos que desde "la Rancherita del Cuadrante" hasta nuestros días, han pasado a la historia (y al olvido) cientos de conceptos radiofonicos de chile, dulce y manteca.

Sin embargo, el caso del revival de Rock 101, ahora a través de un streaming media en internet, es por demas emblemático de como una mentira repetida mil veces, termina por ser una verdad indiscutible vía la milagrosa capacidad que tenemos los humanos de olvidar y sobre todo, de glorificar el pasado.

Sin embargo, esto no es más que una señal innequivoca de que los que antes nos reiamos de los debrayes de nuestros padres, que cuando veían una pelicula de Cesar Costa o la de "Vaselina", nos describian los finales de los 50's y principios de los 60's como un paraíso donde todo mundo iba a la preparatoria, viajaban en Cadillacs convertibles y se pasaban horas y horas ligandose chavas en las fuentes de sodas de la Colonia del Valle y Lindavista y los únicos problemas que tenían, era los relacionados con que sus papas no los "dejaban ser jovenes"; ahora somos nosotros los que hemos empezado a mitificar nuestra juventud porque encontramos ya extraño adaptarnos a los nuevos signos de los tiempos y sobre todo, que cada día que pasa, estamos más y más ajenos a la realidad de los que nos preceden, que curiosamebnte, piensan de nosotros exactamente como nosotros cuando fuimos jovenes.

De esto no son ajenos los medios de comunicación, mismos que ya desde hace algunos años, nos han empezado a bombardear con productos especificamente empaquetados para el consumo y deleite de los cuarentones-clase-media-con-un-ingreso-economico-superior-al-promedio y que están al borde de un ataque de nervios cortesía de la mitica crisis de los cuarenta.

Cosas como la supuesta revaloración como pioneros del rock en español (ja!) de una nefasta "banda" (así, entre comillas) como Timbiriche, la anacrónica repetición ad infinitum de lo más horroroso del subgenero "Rock en tu idioma" y obras de teatro musical como "Mentiras" y ahora, la "segunda odisea" de Rock 101, son muestra tangible de que no hay cosa peor que la nostalgia inducida: Esa que nos hace ver las cosas no como fueron, sino de una manera totalmente diferente, gracias a la aseptica limpieza que los medios le dan al pasado y que nos la venden como un remanso para curar nuestras conciencias y encontrar un supuesto link generacional donde todo fue lindo, buena onda y sobre todo darnos la certeza que nuestro pasado colectivo fue real.

Si: Nuestros idolos están muertos y con ellos, se fue nuestra juventud ... pero que tiene? al fin y al cabo, en nuestra mente seguimos viviendo en 1985...

El único consuelo de todo esto, es que dentro de unos diez años mas o menos, el turno será de la decada 00 ... jajaja! suerte emos con sus hijos (si los tienen!)

En fin!

lunes, 1 de febrero de 2010

Quien carajos son Le Bucherettes?


Hacer Circo, maroma y teatro es un dicho muy popular en México que se aplica cuando por ejemplo, tenemos que hacer muchas cosas (a veces disimbolas entre sí) para llegar a un fin o meta.


Así pues, hacemos circo maroma y teatro cuando por ejemplo, tenemos que ir a un concierto entre semana y tenemos dejar mas o menos listo el informe que con insistencia tu jefe tu pidio, echarle un ojito a tus colaboradores para que no se hagan como que trabajan, lidiar con el trafico endemoniado del Periferico y Viaducto a las seis de la tarde, buscar donde estacionarte, y caminar como equilibrista entre las calles de baquetas rotas y la mercancia chida de los vendedores de playeras, tazas, posters y demás parafernalia de cualquier concierto.


Cuando llegas a tu lugar en el local del toquín, literalmente has dejado bastante de tu sistema nervioso atras, aunque te repites mentalmente que valió la pena porque vas a ver a quien quieres ver ... o eso crees.


Tambien el circo maroma y teatro esta presente en el rock, aunque en otra escala y dimensión. Desde los inmorales shows de Alice Cooper y Kiss en los setentas y aun antes, con los shows psicodelicos del Pink Floyd de Syd Barret hasta llegar al desplante gay de David Bowie en su alter ego de Ziggy Stardust y los disfraces extravagantes de Peter Gabriel en Genesis, el rock se ha dado la mano con el circo, el teatro y su variante mas avangarde como lo es el performance.


Y esto viene al cuento porque el miercoles fui a ver a los Yeah Yeah Yeah's al Palacio de los Rebotes en el Distrito Federal y como grupo abridor, estuvieron una parejita que van que vuelan para convertirse en el dúo más sobrevalorado del rock en México.


Aunque nunca dijeron su nombre, al final la cantante djo que el nombre de su banda era "Penes y Vaginas y un universo no-se-que-madres"; por lo que supuse que ese era el nombre de la banda. Crazo error del que me sacó un amigo al día siguiente al decirme que se llamaban Le Bucherettes.


Investigando un poco en internet, supe que eran de Guadalajara y que antes la que tocaba la batería era una mujer, que se habian disuelto y que ahora, la cantante/guitarrista Teri Gender-Blender, habia retomado el proyecto con un nuevo baterista que según es su hermano. También me enteré de que tenían a la comunidad "indie" de México con la baba caida por su concepto musical y que casí casí, teniamos a una estrella a la altura ni mas ni menos que de Nina Hagen (según comentarios de algunos weyes en blogs y message boards)... ay no mames!


Si hubiera leido de ellos antes de verlos, igual mi expectativa de verlos hubiera sido otra, pero creo que al final, el resultado hubiese sido el mismo: Pretensión, mamonería y sobrevaloración.


Y es que Le Bucherettes son tan vanos en su idea de querer ser "no-star" que terminan generando la impresión contraria; esa que impregna actualmente a cualquier bandita dizque "indie" en México y es la de "veeme y adorame".


Musicalmente, se notan casi copiadas a calca las influencias de Sonic Youth, Babes in Toyland, los Dresden Dolls y una obsesión clara de la cantante por Karen 'O de los Yeah's. Vaya! incluso sus fraseos son identicos a la de la 'O. A su favor, he de decir que Teri es una excelente guitarrista y que su "hermano" (?) le pega sabrosón a los tambores ... pero hasta ahí.


Claro que un dueto de estos hay como cien (y contando) en todas las latutides del planeta; lo que los hace "diferentes" (es un decir) es su mezcla de música y performance y aquí es donde la puerca tuerce el rabo ...


Su performance es pretensioso, sobre actuado y falto de frescura. Se nota que ha sido ensayado una y mil veces para darle ese toque "arty" y que quien no los conozca diga: "wow" weey" 'ta chingoooon!" y que puede generar shock en el colegio Regina en un festival de 10 de mayo, pero hasta ahi.


Empezemos destrozando el vestuario: Ella, vestida con un vestido como de niña boba de los años sesenta y el baterista con algo así como una bolsa de yute para guardar naranjas en la cabeza ... orale! post, post, post modernismo retro con esencia de comic! La cantante toma su guitarra en un escenario donde previamente han puesto cabezas para colgar pelucas, algunas frutas, una escoba de popotillo, una boa de esas de filillos de brillo metalizado y algunas otras cosillas que conforme va avanzando la presentación, la cantante toma, muerde, rompe y finaliza derramandose algo rojo (sangre?) en la cabeza, no sin antes haberse lanzado al publico en feroz stage-diving y regresar pa seguir cantando y finalizar en un salvaje y fingido orgasmo musical y retirarse para develar el misterio de sobre quien carajos eran. Nomás le faltó a la mujer esta tener a su lado a 3 weyes que la contuvieran como en su momento, solía hacerlo James Brown es sus shows cuando la tristeza del Soul se le subía al alma y lo poseía.


Pretencioso, apantalla pendejos y sobre todo, desechable fue el show de este par de Jalisquillos.


Y eso es lo que tenía con la baba caida a los indies en México? ... ay no mamen!


En fin!