viernes, 27 de enero de 2012

De sueños siameses y calabazas aplastadas: (casi) 20 años del Siamese Dream

Cuenta el propio Billy Corgan en las notas de las reediciones de sus primeros dos discos, aparecidas a finales del año pasado, que a el su álbum debut Gish [1991]  no le gustaba debido a que eran algo así como un grupo que “sonaba a Zeppelin, Sabbath… sin sonido propio”.  A pesar de lo autocritico que era Corgan con su trabajo, Gish (editado en la disquera independiente Caroline Records) fue la carta de presentación que los hizo firmar con Virgin Records, una subsidiaria de EMI. Gish, en su encarnación independiente, no vendió lo suficiente y como parte del trato con Virgin, se edita una nueva mezcla del mismo mas “grunge”. Además, los Pumpkins empiezan a despegar y dejan de ser una bandita "de culto" en Chicago para embarcarse en una gira promocional por todo Estados Unidos y Canadá. Impulsados por el “efecto Nirvana”; la prensa gringa les pone el irónico mote de los nuevos Nirvana; principalmente por la ferocidad que despliegan en sus presentaciones; misma que es atizada por el uso de drogas duras como la heroína; de la cual su Baterista Jimmy Chamberlain es adicto.
Seguros de que tienen a “la siguiente gran cosa” de la música, Virgin decide que los Smashing Pumpkins serán “su Nirvana” y deciden apoyar al grupo; pero con condiciones. En palabras del propio Corgan, el destino de los Pumpkins se definió en una reunión con los ejecutivos de Virgin y ellos. Los P&R de Virgin sugirieron que deberían de grabar un “GIsh II” pero más comercial. Corgan continua el relato diciendo que, en cierto momento de la reunión, alzo la voz para indicar que si lo que querían era un disco exitoso; no necesitaban otro Gish; entonces, les pidió a los ejecutivos que tuvieran confianza en el y que le dieran la libertad artística (y el dinero suficiente) para grabar lo que el grupo quisiera. Después de muchas deliberaciones, Virgin acepto pero con la condición de que el disco fuera producido por alguien reconocido; así que la elección no fue muy difícil: Butch Vig; quien entre sus credenciales, además de haberle producido su primer disco, tenía la medalla de haber producido el Nevermind de Nirvana.

miércoles, 25 de enero de 2012

EL ULTIMO TREN DE LA ALEGRIA

Buñuel decía que “la ilusión viaja en tranvía”; aunque ciertamente, si viviese en estos tiempos de (supuesta) libertad sexual, no sé qué impresión tendría de lo que sucede en los calientes túneles del metro de la Ciudad de México; donde muchos bajan (sin albur) a satisfacer las ansias del sexo anónimo y la sucia emoción de ser y dejarse ser en los brazos, piernas, nalgas y demás partes que la personalísima geografía corporal asigna como puntos de placer y lujuria a los cuerpos apretujados dentro de un humedo y caliente vagón.

En los túneles del metro, como extensión de la vida que sucede arriba, hacemos de cuenta que sucede nada. Es decir, la indiferencia ante los demás es más que evidente en ese espacio reducido. Te pueden asaltar o golpear y nadie vendrá a tu auxilio… aunque de igual manera, si buscas “amor” bastará con que te dirijas al último vagón y entres en el mundo de las metreras.

En realidad, el término “metrera” es relativamente nuevo, aunque su práctica (quizás) date desde la inauguración de este medio de transporte en el DF. Metrear originalmente se definió como la práctica de ligar dentro de las estaciones del metro… y de ahí a donde el destino nos lleve manas!!! (Que por cierto podría ir desde la cama de un hotel, el asiento de un auto o en el peor de los casos, la fría plancha del SEMEFO). Esta práctica fue clandestina hasta relativamente poco (digamos que cuando las jotas empezamos a “empoderarnos”) y por otro lado, para las comadretz mas atrevidas, el practicar el sexo oral, anal o cuando menos, un faje rápido, era el “premio mayor” si las condiciones eran las adecuadas; a saber: Alta hora de la noche; vagón vacío y la calentura suficiente como para mandar los escrúpulos a la chingada y arriesgarse a hacerlo.

Como les decía, hasta hace algunas décadas, el “vagón de la alegría” (que así se le conocía al último vagón de la línea 1 del metro) era más bien un lugar mítico que generó leyendas dentro de la joteria capitalina donde el asombro, el morbo y la curiosidad fue moldeando leyendas como la de la jota insaciable que puntualmente estaba a las 11 de la noche, todos los días, en la estación Insurgentes y que con una sola caída de sus ojos te podría invitar para un viaje de placer de 2 minutos; que era el tiempo que el tren tardaba de cambiar de vía en la terminal Observatorio del metro. Por supuesto que muchos weyes jurarían que la vieron y pocos más, que tuvieron el gusto de compartir el numerito con ella. Lo cierto es que como todas las leyendas, la verdad era a veces más prosaica que la fantasía tejida alrededor del hecho… hasta hace poco.

De un tiempo para acá, la fantasía del sexo gay ocasional y furtivo dentro de los vagones del metro dejó de ser un mero mito a una realidad que sobrepasa incluso lo que uno podría pensar como “posible” en un espacio como tal y sobre todo, a la vista de tanta gente. Bienvenidos al reino de la cajita feliz… bienvenidos al mundo de las metreras.

Las metreras ya no son los cazadores de hombres que discretamente, se escondían en los andenes del metro para furtivamente lanzar con miradas indiferentes códigos secretos que solo los entendidos podrían descifrar. Eso ya es cosa del ayer y ahora, las metreras se organizan para convertir el último vagón en lugar de los más intensos juegos sexuales y si se puede, improvisado set de filmación de anónimas estrellas porno gay. Algunas de estas profesionales del sexo en el metro exhiben sus “triunfos” ya sea dejando correr su fama en los antros gays de moda y otras, colgando videítos en páginas de sexo gay.

Dicen que cuando algo se vuelve muy popular deja de ser divertido y este es el caso del metreo. Actualmente, de tan popular ha caído en los excesos propios de la decadencia y resulta obvio que incluso, dejo de ser algo espontaneo para convertirse en provocación barata o incluso, en perversión. Por ejemplo, alguna comadretz me ha referido las “hazañas” del joto que se faja a escuincles de secundaria… a las 12 del día, pegado a una de las puertas del vagón, a la vista de quien lo quisiera ver.

Por esa razón, el Gobierno del DF y la administración del Metro, tomaron hace tiempo la decisión de que, a partir de las 9 de la noche al cierre, se ha prohibido el acceso a los últimos vagones del metro; como una medida precautoria para evitar, dentro de lo posible esta práctica.

Por supuesto que esto ha generado reacciones y polémica. Por un lado, ciertos colectivos de jotitas pusieron el grito en el cielo porque consideraban que sus derechos estaba siendo afectados; ya que según ellas, el cerrar el ultimo vagón era un claro acto de homofobia (por supuesto que las comadretz se hicieron de la vista gorda sobre lo que “realmente” estaba pasando en dichos espacios) y se sintieron agredidas porque, a según de ellas, el siguiente paso, era prohibirles la entrada al metro.

Y por otro, fue la reacción de varias organizaciones católicas que encontraron en este acto una razón más para atacar a los jotos vía la descalificación sistemática de que nuestro “estilo de vida” nos impide la convivencia con los demás y que considerando el peligro que somos (para los heteros, claro está) el gobierno decidió cerrar ese vagón del metro… con las consecuentes molestias para todos.
A la molestia e indignación de las jotas que ven en esto un acto de homofobia, les diría que creo que ya es tiempo de que le empiecen a bajar dos rayitas a sus pretensiones de sentirse a cada rato como Juana de Arco a punto de ser quemada como mártir. No por el hecho de que hayamos obtenido en los últimos años reconocimiento y cierta tolerancia eso implica ponerse estúpidas y pensar que en todo lo que se hace (en apariencia) contra nosotros hay un tinte de homofobia. En este caso, simplemente se trata de que el metro no es como las “casitas” o cuartos oscuros y que simplemente, no están diseñados para tener sexo dentro de sus instalaciones.

Sin embargo, no se le puede poner diques al mar y mucho menos a aquellos que sienten una adicción por el sexo en lugares extraños. Posiblemente, en algunos años, el sexo gay en las oficinas de gobierno sea lo que este de moda … si no es que ya sucede!


[Publicado originalmente en Blog.com.mx el 14 de febrero de 2011]

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lunes, 9 de enero de 2012

Queen: Days of our lives

Como recién mencionamos en el post anterior; en 2011 se “celebró” (así, entre comillas) el cuarenta aniversario de la formación de la banda británica de rock Queen con diversos eventos y por supuesto, el relanzamiento de prácticamente todo su catalogo de álbumes (excepto algunos en vivo), una exposición de fotos, libros y, casi fuera de programa, la transmisión en la BBC de un documental sobre la banda. Estas “festividades” pasaron (al menos en Estados Unidos, gran parte de los países hispanoparlantes y por supuesto, México) prácticamente desapercibidas debido principalmente a la falta de una campaña de promoción a la altura de la celebración por parte de su nueva disquera (Universal/Island); la cual, al menos en nuestro país, solo editó las nuevas ediciones del catalogo de Queen (las cuales, en cuanto a diseño están horribles) y a finales de año, lanza en DVD y Bluray el documental de la BBCDays of our lives” casi por mero compromiso y absolutamente nada de publicidad… vaya! Ni un pinche anuncio o mención pagada en circulo mixup! (Nota al calce: según Brian May y Roger Taylor, el trato con Universal fue el mejor posible que pudieron hacer… ya quisiera yo saber como era el “peor”).

Este documental de dos horas de duración y que se transmitió en dos partes durante mayo de 2011; narra de manera condensada (y a veces demasiado superficial) la historia de la banda a través de la recolección de memorias y anécdotas armadas dentro de una estructura cronológica contada, principalmente, por Brian May y Roger Taylor (Guitarra y Batería de Queen) a través de nuevas entrevistas realizadas exprofeso para este documental; así como una extensa recopilación de notas de prensa, televisión; presentaciones y, por supuesto, entrevistas antiguas de la comadretz Mercury y de John Deacon; bajista del grupo el cual, por cierto, se ha negado sistemáticamente a volver a aparecer de manera publica; ya sea en solitario o como parte de lo que queda de Queen. Adicionalmente, incluye algunas otras entrevistas con personajes clave en la historia de Queen, como ex managers, roadies, productores y una que otra celebridad.


lunes, 2 de enero de 2012

Lo más mejor y pior del rock en 2011

2011 ya se fue desde hace unas cuantas horas y a fin de aprovechar que las “rebajas de enero” (Sabina dixit) podrían aplicar igual para discos, vinilos y descargas electrónicas demos un recorrido por lo mejorcito que, en cuanto a rock, fue editado en el mundo mundial y, de igual manera, veamos lo peorcito que se editó a fin de que estén ustedes avisados y al final, nose quejen de que “alguien” no les dijo sobre la calidad del disquito.

2011 fue otro año de espera en pos del “nuevo sonido” que le dé la patada que necesita el rock en la cola; toda vez que este se encuentra en el letargo inducido por ese invento de las compañías disqueras que es el “indi” y por otro, el acorralamiento y alineación del “neo-Disney-rock” que ha hecho del “rock” un asunto familiar y domesticado.

En el panorama nacional, es tan abrumante la cantidad de banditas indi-hipster que el fenómeno solo puede ser comparable con la nula calidad de las mismas. Tristemente, ningún de los “trabajos” (es un decir) de estos niñitos jugando a ser rockstars dejó al menos, alguna canción memorable.

Nuestra realidad musical es tan pobre que cosas como Moderatto; junto con Alejandra Guzman, Jenny Rivera y Mana, son los auténticos “Rockstars” de los que podemos presumir… y habrá quien se lo crea!

Pero comenzemos ya con el conteo…